miércoles, 18 de diciembre de 2013

Alemania 2006 (game 1)

En 2006 yo andaba algo descolgado del fútbol. El final de la Era del PCFútbol unido a otros factores exógenos al fútbol que ahora no vienen al caso, había acabado con mi profundo conocimiento del mercado internacional, tanto que para entonces éste había quedado reducido a los jugadores que jugaban en la liga española y en los equipos punteros de Europa. Esto me llevo a tomar una decisión que, con el tiempo, se ha convertido en una de las señas de identidad de todos mis campeonatos: iba a incluir a algunos jugadores ya retirados entre las plantillas del Mundial con el único fin de lograr identificarme algo más con ellas. Por eso la única condición era que tenía que haberlos visto jugar en directo. Así, los Redondo, Maradona, Hagi, Van Basten, Koeman, Klinsmann, Matthäus... iban a tener la oportunidad de jugar un  último Campeonato del Mundo. ¿Último? Eso parecía...

En realidad organizar el Mundial no me llevó nada de tiempo. La mayoría de las selecciones ya las tenía editadas, el excel tardé una mañana en diseñarlo y el calendario me venía dado. Así que una tarde de aquel agitado mes de junio de 2006, la selección de Alemania y la de Costa Rica, esta vez en su versión pixelada, saltaron al césped del Olímpico de München para dar inicio a la I PES World Cup. El futuro había llegado.

JORNADA 1

Un gol de Matthäus, al filo del descuento, fue suficiente para que Alemania se impusiese a Costa Rica y alcanzase el liderato del grupo gracias al posterior empate a uno entre Polonia y Ecuador. Sin embargo, Die Mannschaft, había sembrado muchas dudas en su debut y a punto estuvo de ceder dos puntos contra una débil pero siempre correosa Costa Rica. 

Algo parecido le sucedió al día siguiente a otra de las favoritas: Inglaterra. Un tempranero gol de Fowler (lo confieso, es uno de mis jugadores fetiche de la era dorada del PCFútbol) fue el pobre bagaje del insulso partido que los británicos disputaron contra una débil Paraguay. Y en este caso ni siquiera les dio para conseguir el liderato del grupo pues en el partido nocturno disputado en Dortmund, la Suecia de un imberbe Ibrahimovic se impuso por 2-1 a la Chile de Zamorano y Salas (Chile sustituía a Trinidad y Tobago, a quién los amigos de Konami no habían incluido en esta versión del juego). Los dos goles del aún delantero de la Juventus le daban el liderato provisional a los nordeuropeos.

Redondo volvía a un Mundial...con pelo largo
El Grupo C era, sin duda, el más temible de todos. Argentina y Holanda eran a priori las favoritas pero no parecía que Serbia y Costa de Marfil fuesen a ponérselo muy fácil. Cierto es que la albiceleste presentaba, probablemente, la mejor selección del campeonato. A los "retirados" Redondo, Batistuta y Maradona, se unían las figuras del momento: Riquelme, Tévez, Aimar...y un jovencísimo pero ya descollante Leo Messi. Y en el primer partido no hicieron sino confirmar su condición de máximos favoritos, derrotando por 3-0 a Costa de Marfil (Batistuta, Maradona y el propio Messi fueron los goleadores). Peor suerte iba a correr Holanda, derrotada por un solitario gol de Djazic. Por si esto fuera poco, perdían a Van der Vaart por lesión para el siguiente partido. Holanda se asomaba al abismo.

México, capitaneada por Hugo Sánchez, no iba a tener problema para imponerse a Irán en el primer partido del Grupo D. La sorpresa aquí la iba a dar Camerún (sustituyendo a Angola), al imponerse por la noche a la Portugal de los Figo, Rui Costa, Futre o Cristiano Ronaldo. Como siempre, Portugal iba a adolecer de la pegada necesaria para convertir su buen juego en victorias. El solitario gol de un eterno Roger Milla iba a resultar un muro insalvable para nuestros vecinos.

Pero no era la única sorpresa que unos africanos tenían preparada pues al día siguiente, una insolente y aguerrida Senegal (incluida a última hora por Ghana) iba a imponerse a Italia con otro solitario gol, este de Diouf. Para colmo los transalpinos perdían a Vieri por lesión. Aunque el verdadero puñetazo en la mesa lo iban a dar horas después los Yanquis, noqueando a una decrépita República Checa por 3-0. Las dos favoritas del grupo, las dos selecciones europeas, estaban contra las cuerdas a las primeras de cambio. 

Un gol de Bresciano iba a dar la victoria a Australia frente a Japón en unos de los encuentros, a priori, menos golosos del campeonato, el que abría el Grupo F. Por la noche, en el Olímpico de Berlín, el estadio que habría de ser sede de la final, Brasil se imponía a Croacia por 1-0. El gol de Ronaldo dejaba muy encauzada la clasificación para los pentacampeones pues habían solventado con victoria el, a priori, partido más difícil del grupo.

Para otro de los grandes favoritos, la Francia de Zidane, Henry, Djorkaeff, Cantona y demás, el comienzo del Mundial tampoco fue plácido pues mediada la primera parte de su partido contra Suiza, un gol de Cabañas les obligaba a remontar. Finalmente, un tardío gol de Henry les daba los 3 puntos después de que Cissé hubiese empatado diez minutos antes. Los franceses conseguían el liderato del grupo pues Nigeria (que sustituía a Togo) iba a ser derrotada por los semifinalistas del anterior campeonato, la siempre guerrillera Corea del Sur. El gol de Dong Gook fue suficiente para que los asiáticos siguieran soñando con alcanzar los octavos.

El último día de la jornada era para el Grupo H, el de España. Encuadrada con una correosa pero asequible Ucrania y con dos Cenicientas como Túnez y Arabia, la selección que comandaba Raúl no debía tener problemas para hacerse con el primer puesto del grupo al final de la primera fase. De hecho, el primer partido, contra Ucrania, se presentaba como el decisivo para la suerte del grupo pues lo normal es que las dos selecciones europeas se impusiesen en sus respectivos partidos ante sus rivales asiáticos y africanos. Sin embargo, concluidos los partidos todo quedaba igual. Empate sin goles en Leipzig entre España y Ucrania y empate a dos entre Túnez y Arabia. Un partido menos y todo por decidir.

Así quedaba el Mundial después de celebrada la primera jornada 
Terminada la primera jornada del Campeonato era momento de sacar las primeras conclusiones. Por ejemplo, Argentina se presentaba ya como la máxima favorita al título. Alemania, Inglaterra, Francia y Brasil habían solventado sus partidos pero por escaso margen y ante rivales claramente inferiores, sobre todo en el caso de las dos primeras, lo que generaba muchas dudas. España se había complicado innecesariamente el liderato del grupo. Pero los grandes derrotados de esta primera jornada eran Italia y Holanda, que habían perdido sus respectivos partidos. En el caso de los neerlandeses la situación era aún más dramática pues todavía tenían que vérselas con la todopoderosa Argentina. Salvo milagro estaban fuera.

La última conclusión de aquella jornada fue que decidir echarme el Mundial con todas las selecciones había sido una idea diabólicamente divertida. 

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